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HÉROES DE LA FORJA. Segunda parte. Relato de realidad ficticia.


Con anterioridad y con un semblante infeliz era Nolin a quien veía entre brumas y entre sí. Y viéndolo muy de cerca pensaba que estuviera ahí.


Bruja sentía sobre sí los espectros de los muertos, que uno por uno daban rondas a su cuerpo. A pies tendido y en  nervios fríos, sudaba su cuerpo con desvaríos.

— Soy Nolin, Bruja— decía con vos de ultratumba —.
Obnubilado en la negra oscuridad, Bruja, solo y entre brumas sintió jadear.
— Nolin que te pasó a ti?— le dijo—.

—Me detonaron los tiros y comencé a soñar y desde ese entonces nuca más he podido despertar, inmediatamente los tiros en mi cuerpo se aloján. Supliqué clemencia pero igualmente me asesinan.
No ha sido fácil todo este tiempo, vivir en la oscuridad como un espectro entre los muertos. —respondió entre bruma el espectro—. Si pudiera volver a la vida mi camino y mis andanzas las cambiaria. Aquí he estado sometido y sintiendo el flagelante y gélido viento, asignado a la lujurias y la infelicidad eterna de los muertos.

Hacía referencias en su alocución a los castigos múltiples que en el pasado, Dante Alighueri habría enunciado.

La Divina Comedia, estampa vigente en la historia inalterable de nuestras propias gente y qué será eternamente influenciada por siempre.

Enfatizó sobre los vientos, vientos interminables que azota los tristes cuerpos, Cleopatra, también Helena, Aquiles en su triste dolor, queriendo volver a la vida y Paris su ejecutor.
Este es según Dante realmente el círculo 2, la verdadera puerta del infierno, los que arrastrados por la lujuria pagaran por siempre con sus cuerpos ardiendo.

—Deténte Nolin— dijo Bruja—. Eres un héroe Nolin ahora, nos complace hablar de ti en cada instantes y horas, como lumbre te seguimos, está escrito nuestro destino, eres nuestro fuego ahora nos lleva por el camino. Nos enfrascamos en una idea que poco a poco hará cambiar esta aldea.
Buscar la gloria, sin importar el precio que sea, será finalmente nuestra y de este pueblo la panacea.

Extendieron su conversación hasta los días de historia de la restauración, de los inicios del poblado y de cómo fue su fundación.
De la primera vivienda asentada en la margen Del Río en la línea oriental donde hoy día se encuentra la granja municipal.

Casa vieja no existía el zinc, techada en su palma eterna y su entorno en tejamanil.

— No quieras halagarme Bruja— dijo con angustia Nolin—. Mi deseo es la imposible vida ahora. Con certeza entiendo las plegarias del valeroso Aquiles hijo de Peleo al Laertida Odiseo, cuando en su visita aquí a la morada de los muertos le expresó su mayor deseo. Le dijo: “ Esclarecido Odiseo, preferiría ser labrador y servir a otro o ser un hombre indigente que tuviera poco caudal para mantenerse, que ser el soberano de los cadáveres de los muertos”.

Ahhh! El inolvidable semi Dios Aquiles, así hablaba desde el inframundo, ese que prefirió la gloria antes que la larga vida en el de los vivos el mundo.
Dejando ver los anhelos de las personas del mundo, en su distintas analogía y en sus sentires profundos: esas qué prefieren la admiración de su alrededor, y las otras que prefieren la vida plena y el eterno amor.

Despertó en un baño de sudor bombardeado por los latidos pánicos de su corazón, compungido e inmóvil en su sensación, buscando el aire que hacía falta a su respiración.
Salto espantado, cayendo con los pies en su cobija enredado. Todo lo hablado con Nolin, todo lo había soñado, tomó sus espada que en la tarde anterior había afilado, espejeaba la obscuridad y pestañeaba como quien ya había despertado.

“Ya es hora de empezar ya es tiempo de cambiar”, advirtió. “A este pueblo debo todo lo que soy hoy “ Se persignó, cerró los ojos y presintió, recordó los días felices en los que el pueblo lo reconoció. Los entrenamientos físicos a lo largo de toda su vida, los deporte, las canciones y los bailes. Los recuerdos gratos de los muchachos del Play, de Joselin con quien había aprendido las prácticas marciales, de José de los Remedio Guevara con quién aprendió del folclor y disciplinas culturales.

Abrió los ojos, encendió la humeadora candileja y vio su sombra que los destellos tímidos de su lúgubre luz refleja.

Se puso los jeans y su chamara de cuero, cogió su casco del play y embabuno con grasa su pelo.

Faltando para las 3:00 am de la madrugada pocos minutos, afuera en su casa lo llamaban algunos héroes el grupo. “Papito Papito”...


CONTINURA... donde se relata el asalto del cuartel militar y el apresamiento de varios de los Héroes, la aventura en la cárcel provincial, con otros sucesos Digno de felices recordación.

Relato. Joan Moreta.

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