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Hoy se cumplen 84 años del asesinato de Augusto César Sandino


Sandino
Un día como hoy, 21 de febrero de 1934, hace 84 años, es asesinado Augusto César Sandino, patriota y revolucionario nicaragüense.
Sandino en compañía de su padre, Gregorio Sandino, el escritor Sofonías Salvatierra (ministro de Agricultura de Sacasa) y sus lugartenientes generales Francisco Estrada y Juan Pablo Umanzor acudían a una cena en La Loma (Palacio Presidencial) invitados por Sacasa, pero a la salida de dicho evento el coche en el que viajaban fue detenido justo a la par del Campo de Marte, en un punto ubicado al sur de la Imprenta Nacional (donde se edita e imprime el diario oficial La Gaceta).
El cabo de guardia que les detuvo era en realidad un mayor disfrazado, Lisandro Delgadillo, que les condujo a la cárcel de El Hormiguero (destruida por el terremoto que azotó a Managua en 1972).
Los detenidos pidieron que llamaran a Somoza, pero les respondieron que no podían localizarlo, por otro lado la hija de Sacasa le comunicó a su padre la detención, ya que la había visto, y Sacasa se puso en contacto con la embajada de EE. UU. para intentar impedir el asesinato.
Como jefe director de la Guardia Nacional, Somoza planeó el asesinato del general Sandino, firmando un documento con 14 miembros de la Guardia Nacional.
Tanto Somoza como Sandino eran masones, y la masonería prohíbe que un masón le haga daño a otro masón de manera directa. Entonces Somoza le ordenó al capitán Delgadillo que asesinara a Sandino.
En la noche del 21 de febrero de 1934, después que Sandino y sus acompañantes cenaron con el presidente Juan Bautista Sacasa ―tío político de Tacho―, y bajaron de la Casa Presidencial de la Loma de Tiscapa en un automóvil (en la capital Managua) por la Avenida Central, un grupo de soldados encabezados por el capitán Lisandro Delgadillo detuvo el auto frente al cuartel y cárcel de El Hormiguero (llamado así porque frente a su costado este, había un matadero donde ahora está el Campo de Marte).
Los guardias metieron en dicha prisión a don Gregorio Sandino (padre de Sandino) y a don Sofonías Salvatierra, mientras a Sandino y sus generales Francisco Estrada y Juan Pablo Umanzor fueron conducidos a un predio baldío llamado La Calavera en las afueras de la ciudad, donde hoy en día está el barrio Larreynaga, pues Managua ha crecido, y delante de una fosa común previamente excavada a la señal de Delgadillo el batallón que custodiaba a los prisioneros abrió fuego y los asesinaron con fusiles Springfield 1903 estadounidenses, calibre 7.62 × 63 mm y subfusiles Thompson estadounidenses de 11.43 mm. Esto ocurría a las 11 de la noche, según testimonio de Salvatierra al oír los disparos de un pelotón de fusilamiento, Gregorio Sandino dijo: “Ya los están matando. Siempre será verdad que el que se mete a redentor, muere crucificado.”
Antes de enterrarlos, se llevaron los cadáveres para que Somoza los viera personalmente. Mientras tanto, “Tacho” estaba en un recital poético en el Campo de Marte, hecho por la poetisa peruana Zoila Rosa Cárdenas, que recitó poemas del nicaragüense Rubén Darío.
Augusto Nicolás Calderón Sandino, más conocido como Augusto César Sandino, nació el 18 de mayo de 1895. Fue un líder de la resistencia nicaragüense contra el ejército de ocupación estadounidense en Nicaragua en la primera mitad del siglo XX. Su lucha guerrillera logró que las tropas de los Estados Unidos salieran del país, no sin antes crear la Guardia Nacional y poner al frente de la misma al general Anastasio Somoza García quien, a traición, ordenó asesinar a Sandino por órdenes de la Embajada norteamericana.
Es Héroe Nacional de Nicaragua y se le llama «General de Hombres Libres». Sus ideales y enseñanzas fueron retomados años más tarde, en la fundación del grupo marxista leninista y Stalinista Frente Sandinista de Liberación Nacional, FSLN, por Carlos Fonseca Amador junto a otros compañeros.
De origen muy humilde, trabajó como minero en Nicaragua, Honduras y México. En 1926 regresó a su país, ocupado desde 1916 por las tropas estadounidenses que defendían los intereses de las compañías fruteras de Estados Unidos. Optó por defender la autonomía nacional, afectada por el convenio Bryan-Chamorro y por la firma del tratado Stimpson-Moncada, por lo que reunió un grupo de guerrilleros y se alzó en armas.
Durante seis años combatió contra las tropas de diferentes gobiernos apoyados por Estados Unidos, al término de los cuales había logrado aglutinar a su alrededor a unos tres mil hombres y se había ganado la admiración popular. Organizada bajo su mando, la guerrilla rebelde se refugió en las selvas de Nueva Segovia, donde se convirtió en prácticamente invencible.
Al no lograr derrotarlo, el presidente estadounidense Herbert C. Hoover ordenó la retirada de las tropas desplegadas en Nicaragua, lo que, junto con la elección de Franklin D. Roosevelt como presidente de Estados Unidos, movió a Sandino a negociar con el gobierno de nicaragüense la deposición de las armas y el retorno a la vida civil (1933).
Sin embargo, su prestigio político continuaba siendo una amenaza para los dirigentes del país, por lo cual, tras aceptar una invitación para acudir al palacio presidencial, fue emboscado y asesinado por Anastasio Somoza, jefe de la Guardia Nacional y sobrino del ex presidente José María Moncada.
Con todo, la muerte del líder no significó la desaparición de su movimiento, y su nombre pasó a encarnar la lucha de liberación de Nicaragua.
El Frente Sandinista de Liberación Nacional (FSLN), alineación política creada en 1962, se constituyó como continuadora del ideario de Sandino y centró sus miras en el derrocamiento de los Somoza mediante la lucha armada, objetivo que logró en 1979.

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