Razonando

Alejandro Espinal

Por Alejandro Espinal
No se asuste por el título que poco a poco tendremos que acostumbrarnos a las transformaciones en todo los sentidos de la vida. Es parte de este mundo globalizado de nuevas tecnologías e inventos del hombre.
Normalmente cada invento lleva una necesidad humana que suplir y como se dice popularmente, que lo que da para una cosa también da para otra. De ahí que la base de un invento creado y usado para causar un bien, como por ejemplo la cremallera utilizada en muchísimas situaciones desde un zipper para cerrar una ropa femenina o masculino hasta un Bulldozer  que se utiliza para aplanar y cortar un terreno, es el mismo sistema para que los tanques de guerra se puedan  mover por todo tipo de terreno hinóspitos para matar seres humanos y destruir escuelas y viviendas.
Ha sido prioridad del hombre desde su aparición producir sus alimentos a travez de la agricultura, la pocilcultura, la avicultura, entre otros rubros para suplir sus necesidades alimentaria.
La pasada semana la Administración de Alimentos y Medicamentos (FDA por sus siglas en inglés) de los Estados Unidos, emitió una resolución aprobando para el consumo humano la llamada «carne cultivada en laboratorios» para ser servida en los restaurantes y eventualmente en un tiempo no muy lejano exhibirla y venderla en los supermercados.
Inmediatamente dos compañías anunciaron que ya tienen autorización del Departamento de agricultura de Estados Unidos (USDA por sus siglas en ingles), para comenzar a  comercializar dicho producto. Ya dos chefs de origen hispanos se han comprometidos a poner en sus menús la proteína cultivada.
Este tipo de «carne» es cultivada en tanque parecidos a los empleados en la fabricación de cerveza. Es elaborada con células de animales.
Sus defensores la promueven como carne sin sacrificio, además invocan que ayudará al cambio climático por no tener que usar tantos animales en su producción y que será la proteína del futuro y sana.
Singapur ya ha aprobado la carne cultivada.
Por el momento no diga de «esta agua no bebo yo», porque en unos años los picapollos de los chinos y los famosos bistec encebollados de las fondas barriales, podrían ser con carne de esta.
Próximamente la estarán llevando a cabo concursos donde participarán los más aguerridos comilones de Estados Unidos Unidos para probarla.
Si al probarla le da tiriquitos,  recuerde el refrán que dice «El que come de to no pasa hambre».