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Buscan frenar violencia juvenil en Camboya, Savica y barracones

DSCC 0770
Benny Rodríguez
 
Barahona.- La abuelita de la foto tiene casi 70 años. Toda su vida ha vivido en los barracones de Jabid. Hace un tiempo que con preocupación ve como se produce una lucha sin sentido que parece no tener fin: la violencia entre jóvenes de su sector, Camboya y Savica.
 
Producto de la violencia juvenil, que pone en riesgo la vida de los que residen en los mencionados sectores, muchos de esos muchachos ya no están con sus respectivas familias: han sido ultimados de uno y otro lado.
La realidad de la violencia que se manifiesta en casi todos los sectores de aquí y que sin maquillaje describe la abuela, comienza a preocupar a la comunidad católica, evangélica y juntas de vecinos de los sectores señalados que entienden que deben parar los pleitos de sus hijos.
 
Por iniciativa del párroco de la parroquia Cristo Rey, ubicada en el sector de Savica, justo en el medio de los barrios en conflicto, reunió a los padres, pastores y representantes de las juntas de vecinos para buscar solución a corto, mediano y largo plazo a la violencia juvenil.
 
Acudieron a la reunión con el padre Ronny Ernesto Stephan, Freddy Féliz (Cuco), presidente de la junta de vecinos de los barracones de Jabid, el abogado Bienvenido Santana Alcántara (Ñío), residente en ese sector, Francisco Alberto Cuevas (Panché), el coronel Alcántara, enlace de la policía con la comunidad, la pastora Sayda Matos, Juan Carlos Gómez, el pastor José Antonio Segura, entre otros.
 
Una preocupación
 
El sacerdote Stephan, coordinador de las escuelas parroquiales de la Diócesis de Barahona, dijo que la violencia juvenil en estos tres sectores, la cual se manifiesta en otros barrios del municipio Santa Cruz, amerita de una urgente atención de las autoridades y de la propia comunidad.
 
Recordó que desde el año 2001 que fue enviado a trabajar a esta ciudad, comenzó un censo que espera presentar y que arroja que por cada persona que muere porque cumplió su ciclo de vida fallecen entre 7 y 11 jóvenes por diversas causas.
 
El sacerdote, dijo que la mayor preocupación del censo que comenzó a levantar desde el año 2001 hasta el presente 2017, arroja como resultado que de esta cantidad de personas que fallecen tienen edades comprendidas entre los 18 y 30 años.
 
“Es decir, están muriendo nuestros jóvenes y no estamos haciendo nada para evitarlo. Quienes amamos la vida, quienes nos preocupa el rumbo de la sociedad tenemos que actuar pronto antes que esto sea demasiado tarde y entonces no haya nada que hacer”, observó el religioso.
 
Faltan oportunidades    
 
Tanto el cura como los otros participantes de la reunión en busca de solución al tema de la violencia en los barrios señalados, incluyendo al coronel de la policía alcántara, coinciden en señalar en que el problema de la violencia se produce por múltiples factores.
 
Identifican el consumo y venta de drogas, debilidad en la vigilancia por parte de la Policía Nacional, como una de las tantas causales que generan violencia en éstos sectores en donde la pobreza y la miseria se observa en los rostros de sus habitantes.
 
Alcántara, oficial policial enlace entre la Dirección Regional Sur de la Policía Nacional con la comunidad, externó como una preocupación el hecho de que los jóvenes cuando son detenidos, judicializados y condenados vuelven a caer en el delito cuando logran su libertad.
“Esto ocurre porque los jóvenes no encuentran oportunidad de trabajar u ocuparse y por eso vuelven a caer en las mismas cosas por las que fueron apresados y condenados”, observó.
 
El oficial policial, quien es abogado, afirmó que es deber del Estado proteger y garantizar los derechos de los individuos en la sociedad a los fines de evitar la violencia que desgarra y desangra nuestras comunidades, barrios y sectores.
 
Decididos a buscar la paz
 
Francisco Alberto Cuevas (Panché), reside en Savica, no esconde que un hijo suyo se le fue de las manos. “No voy a tapar el sol con un dedo”, dice, por lo que entiende que son los padres quienes tienen que conseguir la paz y la armonía en sus barrios a “cualquier precio”.
 
La franqueza de Panché, motivó a otros de los padres y comunitarios a aceptar que tienen hijos conflictivos, acordando la creación de una comisión que será coordinada por el sacerdote para planificar reuniones y acciones puntuales para impactar  en los jóvenes en conflicto.
 
Se acordó, además, un coordinador por sector los que tendrán comunicación permanente, encuentros con los propios jóvenes en conflicto, solicitar mayor vigilancia policial, actividades de las iglesias, juntas de vecinos, Fiscalía y la policía.
 
Expresaron que es la única manera de lograr bajar los niveles de violencia juvenil, los cuales pertenecen a bandas rivales y que quiebra la convivencia pacífica entre los ciudadanos residentes en Camboya, Savica, La Cañada y los barracones de Jabid.

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