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El día que degradaron a Plutón


Fue despojado de su condición de planeta en 2006. “New Horizons” pasó en 2015 a 12,500 km de su superficie







SANTO DOMINGO. Cuando la sonda “New Horizons” (Nuevos Horizontes) de la Agencia Nacional Aeroespacial de Estados Unidos (NASA) fue lanzada con destino al sistema de Plutón, en enero de 2006, el hoy planeta enano era considerado todavía como el noveno planeta del Sistema Solar, la red social Twitter tal vez sólo existía en las ilustraciones de su creador Jack Dorsey, y faltaba un año para que Apple lanzara la primera generación del iPhone.
Hace exactamente diez años que el distante Plutón —descubierto en 1930 por Clyde Tombaugh, mientras trabajaba para el observatorio del acaudalado astrónomo aficionado Percival Lowell— dejó de ser un planeta de manera oficial.
Si bien Plutón forma parte del cinturón de Kuiper (un disco de pequeños cuerpos más allá de Neptuno), y su condición como planeta siempre fue cuestionada, su mayor “desgracia” comenzó en 1992 con el descubrimiento de “QB1”, uno de los primeros objetos del referido disco.
La “fatalidad” del cuerpo que lleva el nombre del dios romano del inframundo alcanzó un punto sin retorno con el hallazgo de Eris el 8 de enero de 2005 (de observaciones realizadas un año y dos meses y medio antes) por los astrónomos Mike Brown, Chad Trujillo y David Rabinowitz desde el legendario Observatorio del Monte Palomar en California, Estados Unidos.
Aunque el encuentro de Eris -un objeto transneptuniano cerca de un 30% más masivo, aunque de menos volumen, y que duplica el período orbital de Plutón- puso en jaque el reinado de 75 años del noveno planeta, fue la resolución 5A de la Unión Astronómica Internacional (UAI) reunida en Praga la que terminó de darle el “tiro de gracia” el 24 agosto de 2006, al colocarlo en una nueva clase de objetos menores (planetas enanos) que no pueden despejar su órbita y, por consiguiente, suponen un origen distinto a los restantes ocho planetas dominantes del Sistema Solar.
El “asesino” de Plutón

Para Mike Brown, del Instituto Tecnológico de California, en su obra “Cómo maté a Plutón y por qué se lo merecía” (“How I killed Pluto and why it had it coming”), que Plutón sea o no un planeta no es un asunto semántico sino de clasificación fundamental, por tratarse esta de “uno de los primeros procesos en la comprensión científica de algo”. “Siempre que los científicos —añade Brown— enfrentan un nuevo conjunto de fenómenos, inevitablemente, incluso de manera inconsciente, comienzan a clasificar. En la medida en que más cosas son descubiertas, las clasificaciones se modifican o revisan, incluso se descartan para ajustarlas mejor a lo que observan y tratan de entender”.
La resolución que “condenó” a Plutón
Planeta
Un planeta es un cuerpo celeste que (a) está en órbita alrededor del Sol, (b) tiene suficiente masa para que su propia gravedad supere las fuerzas de rigidez del cuerpo, de manera que adquiera una forma en equilibrio hidrostático (prácticamente redonda), y (c) ha limpiado la vecindad de su órbita.

Planeta enano
Un planeta enano es un cuerpo celeste que (a) está en órbita alrededor del Sol, (b) tiene suficiente masa para que su propia gravedad supere las fuerzas de rigidez del cuerpo, de manera que adquiera una forma en equilibrio hidrostático (prácticamente redonda), (c) no ha limpiado la vecindad de su órbita, y (d) no es un satélite.

Otros objetos
Todos los otros objetos que orbitan al Sol (entre los cuales se encuentran la mayoría de los asteroides y objetos más allá de la órbita de Neptuno, los cometas y otros cuerpos pequeños), excepto los satélites, deben ser denominados de manera colectiva como “cuerpos pequeños del Sistema Solar”.
Un lejano cielo azul

Plutón es un objeto tan apartado que entre su punto más cercano y el más alejado del Sol median más de 124 años terrestres. La última vez que estuvo cerca del Sol (el 5 de septiembre de 1989) se colocó a una distancia de 4,437 millones de kilómetros. Su punto más distante será el 19 de febrero de 2114, a unos abrumadores 7,375 millones de kilómetros, 49 veces la distancia media entre la Tierra y el Sol.
En julio de 2015, la sonda “New Horizons” de la NASA se convirtió en la primera misión en llegar a Plutón y descubrió (tras sobrevolar a 12,500 kilómetros de su superficie) que el lejano “explaneta” posee unos impresionantes cielos azules.
Alan Stern, investigador principal de la misión “New Horizons”, y uno de los primeros en tronar contra la suerte de “ostracismo cósmico” de Plutón, mostró su sorpresa tras el hallazgo y lo consideró como algo “magnífico” por lo inesperado de encontrar un cielo azul en el cinturón de Kuiper.
La “New Horizons” —parte del programa “New Frontiers” (Nuevas Fronteras), que incluye la sonda Juno, en la orbita de Júpiter desde julio de 2016— procura, entre otros objetivos, conocer la morfología y geología de Plutón y su principal satélite, Caronte (descubierto en junio de 1978), y la composición química de la superficie de ambos cuerpos.
Plutón no está solo
Veinte días después de la resolución de la Unión Astronómica Internacional (UAI) el hasta entonces mayor objeto del cinturón de asteriodes, Ceres, considerado como planeta durante los primeros años tras su descubrimiento en 1801, fue aceptado junto con Eris como planeta enano. Dos años más tarde, en 2008, con la inclusión del cuerpo en forma de elipsoide Haumea (descubierto a finales de 2004) y Makemake (descubierto el 31 de marzo de 2005), ambos objetos del cinturón de Kuiper, se completaría el quintento de planetas enanos del Sistema Solar reconocidos oficialmente por la UAI. Eris, el más alejado de todos los planetas enanos, completa una vuelta alrededor del Sol en 558 años terrestres, más del doble del tiempo que toma Plutón.

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